domingo, 28 de agosto de 2011

¡AH LA LLUVIA!

Esta entrada es sumamente especial, pues la hermosa ilustración me la hizo una talentosa escritora e ilustradora, ranita dibujante de quien me siento honrada de ser amiga :) por favor disfruten de su arte!!! love Eliz Segoviano, aspirante a escritora :)


Autor: Elizabeth Segoviano/ Ilustradora Ranita Dibujante

Amanece nublado, viento helado tocando en las puertas ... gotas de lluvia besando las ventanas ... pero todos dicen “¡qué día más feo” , “¡que ganas de meterse en la cama y no hacer nada!” ... y todos corren a esconderse de la lluvia como si las gotas fueran afiladas dagas, y todos se ocultan y se asustan, todos maldicen, todos insultan a la lluvia... y entonces yo ... ¡yo no entiendo nada! Porque a mí me gusta salir y empaparme el rostro y la ropa y brincar en los charcos ¡porque me encanta el perfume de la lluvia, porque sin ella no hay vida ... no hay nada! Y todos me miran como a un bicho raro, me gritan, me ordenan que me meta dentro de la casa ... y yo ... como no entiendo nada me quedo afuera empapándome de vida, de libertad, de ése aroma que nadie ha podido empaquetar.
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lunes, 15 de agosto de 2011

ENTREVISTAS CON ÁNGELES PRESENTA A : LYDIA GIMÉNEZ LLORT


Es un verdadero HONOR así con letras mayúsculas contar en esta ocasión con la presencia de una escritora que no sólo es única y maravillosa sino también absolutamente encantadora y mágica, es uno de ésos pocos seres humanos que de verdad son ángeles caminando entre nosotros para mejorarnos con su toque único, SOGNARE PROFUNDERE SE VISTE DE GALA Y EXTIENDE SU ALFOMBRA ROJA PARA RECIBIR A LYDIA GIMÉNEZ LLORT.

Lydia en sus propias palabras ...

Hablar de uno mismo resulta siempre difícil. Hablan de mí mis cuentos, o cuando menos son los que mejor retratan mis pensamientos, mis reflexiones,
mis temores y mis dudas, mis soluciones a los males y las piedras que encuentro en mi camino, lo que digo y lo que no me atrevo a decir, mis anhelos y mis ilusiones, mis pasiones y aquello que me hace feliz, también lo que me entristece o me causa pesar, lo que me emociona o me roba el alma, mis sueños, mis recuerdos y mi visión del futuro. En definitiva... mi manera de ver y entender la vida. Luego, claro está, siempre le queda a uno contarlo que otro tipo de papeles escritos dicen de uno...que nació aquí o allí, ese día o ese otro, que es de tal o tal nacionalidad... pero eso, creo yo, son cosas circunstanciales, que aunque sean las que nos dan valor, nunca elegimos...
Yo, por suerte, o fortuna la mía, nací en El Masnou, una villa benéfica y marinera, junto a la brisa del mar, del Mediterráneo... pero el río Blando (ríoTuria) y la falda del monte Los Zafranares donde descansa escalonadamente Ademuz, cuna de mi padre, me aportaron el sosiego de la montaña y me dan
ese equilibrio perfecto, como si fueran mi yin y mi yang.

-¿Siempre te han gustado los cuentos?
Creo que sí, siempre me han gustado. Son cortos, llenos de audacia, encierran un secreto, una moraleja o una reflexión, llegan directos al alma, muy rápido... como un flechazo.
Sólo su nombre, ‘cuentos’, es ya una palabra mágica que infunde todo eso.
Recuerdo muchos sábados de mi infancia sentada en la cabecera de la cama,
apoyada en mi mullido almohadón, leyendo cuentos de los hermanos Grimm
ilustrados por María Pascual. Era una colección de varios tomos. Mi madre
me pedía que aguardara un poco más en la cama, porque yo me levantaba
demasiado temprano así que me entretenía a leerlos.

-¿Alguna vez imaginaste que escribirías cuentos infantiles?
Escribía cartas...y si me apuran en algún momento de mi primera infancia escolar me vi escritora de novelas, eso sí...Quien lo iba a decir... si no tengo paciencia
para escribir tanto rato... Recuerdo, como si fuera hoy, subir las escaleras
pintadas de verde que me llevaban al aula leyendo la redacción escolar a mis
compañeras... Aquel fue un momento que aún me llena de felicidad y de paz.
Recuerdo que la historia de “Sheila la bailarina” estaba llena de misterio
y de magia...la misma que aquellas estrechas escaleras de caracol...En su
conjunto, todo formaba parte de un mundo mágico.

-¿Cómo descubriste que querías convertirte en escritora?
Uno no se descubre a si mismo, hasta que ‘si mismo’ no le encuentra a uno. Cuando menos, así lo creo yo. Es como un jarrón de barro, que va tomando forma
poco a poco, en manos del alfarero, sin que la propia pieza de barro, vuelta
tras vuelta, sepa si quiera que va moldeando su cuerpo. Si es que soy
escritora, yo me siento así...en manos del alfarero, barro tierno y fresco,
aún dando vueltas...

-¿En dónde y cómo te inspiras para escribir?
Leíste mi pensamiento,querida amiga. En mi...Y aquí me remito a cómo me he presentado...Y te
cuento un secreto...para inspirarme he buscado entre mis video-cuentos
en mi canal YouTube. Busqué ‘El pato con Botas’ para escuchar a Karma
Farmers, cantando una canción folk titulada “All The Good Men”. Ahora
mismo la estoy escuchando y probablemente la escuche una y otra vez
mientras te escriba. Escucharla me enternece el corazón, adormece la
razón y puedo así mejor dejar escapar a mis sentimientos sigilosamente
mientras el guardián duerme...Curiosamente, es la melodía que escogí para
acompañar el cuento que nos habla de nuestra autoestima dañada por
complejos y miedos. Nos habla del excesivo valor que damos a la opinión de
los demás, aquella que injustamente nos empuja a cambiar para agradar, sin
que ello necesariamente sirva para conseguirlo...de cómo nosotros mismos
inventamos un nuevo 'yo' ficticio, que no es cierto y acabamos creyendo
que lo es...De cómo gracias a la comprensión y el amor podemos aprender a
despegarnos de lo que nos cubre, para 'descubrirnos' a nosotros mismos,
aceptarnos tal y como somos, y aprovechar nuestras propias oportunidades.
Al final, si estamos bien con nosotros mismos, resulta más fácil que los
demás también nos respeten.

-¿Porqué te gusta escribir?
No lo sé, realmente, porque soy tímida en ello.Le confesé a un amigo, y ahora te confieso a tí, que cuando escribo siento
como si escribiera en un papelito, lo introdujera en una botella y lo lanzara
al mar... dejándolo a la merced de las aguas...esperando que llegue a la orilla,
una orilla que no sé tan siquiera cuál es ni dónde está. Deseo con fervor que
alguien encuentre la botella, medio enterrada, asomándose tímidamente
entre la arena...y que cuando me lea, sienta lo mismo que yo, sienta mi
tristeza o mi alegría, se ponga en mi piel o , a viceversa, comprenda que por
lo menos existe alguien que se siente como ella

-Explícanos que es oyakudachi como se relaciona con tu trabajo
literario

Oyakudachi es una palabra japonesa que un día descubrí colgada en el
Servicio de Reprografía de la mi facultad. Mi amigo Juan Carlos Escobar
González la había puesto allí, codeándose con fantásticas fotos de
calendario con paisajes de esos que nos llenan de paz y nos devuelven la
armonía. Ante tal extrañeza, le pregunté por su significado. Juan Carlos
me dijo que era una palabra muy simple pero difícil de lograr: ‘ponerse en
lugar de otro’. Desde entonces, Oyakudachi es el lema de los ejercicios de
reflexión y de los juegos inéditos que utilizo como herramienta para que
mis estudiantes universitarios aprendan a saber vivir y convivir, aprendan a
saber envejecer y a comprender mejor a los que ya lo han hecho.
Un día fui a un centro cívico para abuelos y a lo largo de la conferencia
sobre envejecimiento les hice varios juegos. A uno de ellos lo titulé ‘El
pañuelo de papel’ porque se basaba simplemente en un pañuelo de papel... Y
El pañuelo de papel’ fue justamente el título del primer libro. Lo publiqué
porque quería rendir homenaje a la señora de la primera fila que al acabar
se me acercó para darme las gracias. Me contó que la tristeza y el llanto
la sobrecogieron y no pudo si quiera realizar el juego. Al pedirle perdón
me dijo que era justo al revés: nadie antes, desde que murió su marido,
había conseguido expresar cómo se sentía. Nos fundimos en un tierno
abrazo, aunque parezca cursi contarlo, pero así fue como sucedió. Casi un
año después, pensé recopilar y publicar el conjunto de juegos y relatos
que he ido escribiendo porque nos ayudan a recuperar o desarrollar
nuestro Oyakudachi y establecer nuevos lazos de empatía, solidaridad y
comprensión hacia los demás. También, a hacer un viaje a nuestro interior,
despojándonos de nuestra piel, para descubrir la verdadera esencia de
nuestro ser, su fina y delicada trama.
Y es que, creo yo, con un poquito más de Oyakudachi el mundo sería un
poquito mejor.

-¿Tienes una influencia especial de algún escritor o de algúna persona
allegada a ti?
Me gusta asemejar a las personas mayores con las Biblioteca de Alejandría y no es una osadía. Con el paso de los años han ido escribiendo
las páginas de su vida. tras el largo recorrido, todas sus experiencias
han forjado ese saber hacer que les caracteriza. Así que si miro en mi
Biblioteca encuentro a la autora de mis novelas preferidas, aquellas que
inexplicablemente soy capaz de leer de inicio a fin sin sumirme en el plácido
sueño. Aún leo sus libros, sin necesidad ya de tenerlos abiertos, porque
los recuerdo, los ‘aprendí con el corazón’ como dicen los anglosajones. En
realidad, algunas de sus páginas llevan mi nombre y el suyo escrito. Es mi
autora preferida, la persona que más me inspira: mi abuela materna. Estaba
hecha de puro Oyakudachi. Si he de mencionar un escritor, Manuel de Pedrolo y sus historias me fascinaron siempre.

-¿Qué significa para ti ser escritora?
Ser uno mismo. Todo aquello de lo que antes te hablé.

-¿En tu opinión como madre y escritora qué beneficios crees que se
obtienen de leerle cuentos a los niños?
En mi manera de entender, los cuentos están más que para ser leídos,
para ser releídos e recontados. Concibo los cuentos más bien como un
escenario. Quizás porque me remito a mi infancia, a ese cuento tradicional
que uno lee y luego relee en el pensamiento, hace, deshace y rehace, dibuja,
desdibuja y redibuja, sin perder aún así un ápice de su esencia. Es el cuento
de caperucita que uno cuenta a su hija mil veces y a cada cual le añade un
matiz distinto, lo acorta lo alarga, la endulza o lo acidifica, según está su
niña esa noche o ese día. Escoge el cuento que le viene bien para acabar
ese maravilloso día o para calmar su ansia y acunarla, para darle sosiego,
para dibujarle las cosas que por muy feas que sean siempre tienen un final
feliz o cuando menos, uno puede aprender de ellas y eso continua siendo
un final feliz. A mi hija le cuento cuentos improvisados, tan improvisados
como sus propias preocupaciones o sus repentinos ‘problemas’. Yo, muchas
veces, le contesto con una pregunta ‘¿No sabes el cuento de....?’. y mientras
me escucha atenta voy escribiendo el cuento, allí mismo, en pie...o sentadas,
allí donde nos pilla...cogiendo pedacitos de su problema y como si fuera
un puzzle voy componiendo poco a poco la trama. Y a medida que lo hago,
según miran sus ojos, según se alzan sus cejas, según mueve la mandíbula,
el cuento sube y baja de tono a la par, así que ella misma es quien me da la
melodía.

-¿Qué cambios harías o qué agregarías a la enseñanza de la literatura
en las escuelas?
Los niños leen mucho, pero escriben poco... Justo al revés de lo que se usaba
en mis tiempos. A mis estudiantes universitarios les hago escribir sobre sus
abuelos y en los primeros minutos después de hacerles esta solicitud hay
un inmenso silencio. No es que no sepan, es que no se atreven...Perdieron
la espontaneidad de abrir sus corazones... Así que les pido que sean
espontáneos (vaya contradicción, porque entonces ya no lo son), les empujo,
les digo que no piensen, que escriban...que dejen fluir los pensamientos
sin pasarlos por la censura del qué dirán...Ellos, sin embargo, empiezan
con la parte formal de la apariencia física, la edad...pero al cabo de poco,
el amor, los sentimientos, la ternura o el desaliño afloran..y entonces es
cuando les ‘encuentro’, les conozco y conozco a sus verdaderos abuelos.
Es sólo entonces cuando encuentro sus razones para decir, sin dudas y
con firmeza, que su abuelo o su abuela son el mejor, la mejor del mundo.
Con estas descripciones hemos publicado juntos un libro ‘Los Abuelos de
nuestros universitarios’ que ellos regalan con orgullo a sus abuelos, al abuelo
o abuela que es protagonista de su relato. Algunos llegan incluso a enmarcar
sus páginas, para lucir mejor su homenaje. Pero es ahí donde descubro, o
es entonces cuando algunos me confiesan, medio avergonzados, que es la
primera vez que escriben algo a cerca de sus abuelos. Y entonces yo me
pregunto, ¿A quién se le olvidó decirle a ese joven cuando era niño que
escribiera sobre su abuelo? ¿Cuánto tiempo andaba ese marco esperando
para dejar constancia de algo tan importante? Después de leer el libro (por
cierto, está accesible online, con descarga pdf y versión e-book gratuitos) ,
uno ve a la juventud de forma diferente y, sobretodo, a uno le entran ganas
de ser viejo (bueno, mejor dicho, ser abuelo).

-¿Qué proyectos tienes en el tintero?
Varios. Algunos tienen la trama,pero les faltan las palabras precisas, la ternura suficiente o les falta la
imagen que les acompaña, así que de momento son cuentos de esos que hago,
deshago, leo de memoria y releo ... algunos están escritos en un papelito,
otros ya medio maquetados en el ordenador... ‘La pluma del guacamayo’, ‘La
princesa del desierto’, ‘Flor de Lavanda’ y algunos más autobiográficos que
aún no tienen título, y de momento son solo un amasijo de sentimientos. Y
hay otros, que releyéndolos, creo que tendrían que volver al tintero, me
explico, algunas frases pueden mejorarse.

¿Qué cuento escrito por ti ha sido hasta ahora tu favorito y porqué?
Pues me encanta justamente ‘El pato con botas’ porque es muy
autobiográfico y hay un par de dibujos que me tienen robado el corazón, y
fue -mira por donde- uno de esos cuentos que estuvo mucho tiempo en el
tintero, más de un año, hasta que encontré la serenidad que necesitaba para
hacer los dibujos. Pero quizás sea ‘Langholmen’ el que más emociones me ha
regalado, desde el mismo instante en que, al responder a una pregunta de mi
hija, mi pensamiento quedó suelto y no pude irme del lugar sin fotografiarlo
todo para luego plasmarlo en dibujos. En realidad es un cuento escrito
pero sin palabras...es dibujado, bueno, yo lo recuerdo escrito, pero es
dibujado...Reivindica un derecho al que, desgraciadamente, hay demasiadas
personas en el mundo a las que aún se les niega: ‘la inocencia’. Es algo que me
sobrecoge.

Inspíranos con una frase o lema propios o de alguien que admires.
¡Uy!..qué pregunta tan MARAVILLOSA me haces, Elizabeth! No por el
mío, que no sé si tengo, si no por el lema de alguien a quien admiro. La respuesta es cualquiera de Michael, Michael Jackson, de quien soy fan. Mi
preferido: ‘If you can dream it, you can do it’ (‘Si puedes soñarlo, puedes
hacerlo’). Creo que el mensaje es ingualable, porque los sueños son el motor
más importante que tenemos. Sueños por uno mismo, por el otro, soñar algo
para nuestros hijos...
¿Algo mío? Pues...a veces, cuando no se ve la salida, digo o me digo a mi
misma: ‘El sol siempre está ahí’ porque aunque llueva, haya nubes y parezca
que no hay sol, el sol siempre está allí, sólo hace falta esperar un poco
para volverle a ver, pero el sol siempre está ahí. En ‘Looking for paradise’,
un cuento sin palabras acabé con el lema: ‘Para encontrar el Paraíso, solo
hace falta que mires en tu interior. Inténtalo y verás’. Y también me gusta
decir: ‘Con un poquito más de Oyakudachi, el mundo sería un poquito mejor’.
Es decir, que si nos pusiéramos en el lugar del otro con más frecuencia
(el ‘walking in the customers shoes’, de los anglosajones) las cosas irían
mejor.

SEGUNDA PARTE
¿Qué te entusiasma?
una sonrisa como respuesta
¿Qué te desanima?
La indiferencia, la cabezonería, la testarudez
¿Cual es tu palabra favorita?
Ternura
¿Cual es la palabra que más detestas?
La que se esconde detrás de un silencio
¿Qué sonido o ruido adoras escuchar?
¡Uy!...sólo de pensarlo ya me
reconforto...El sonido de la lluvia, en una tarde de lluvia con apagón (de esas
que ahora ya no hay) detrás de los cristales, con un café con leche bien
calentito entre las manos.
¿Qué sonido o ruido detestas?
La de una verbena cuando no he tenido con quien salir de fiesta
¿Qué es lo que más amas de la vida?
Mi abuela materna, Neus, fue el
santo de mi devoción. Ahora que ya no está, mi hija, mis padres, mis abuelos,
mi familia son los que amo más en la vida.
¿Qué es algo que detestas?
La mentira
¿Qué profesión aparte de la tuya te gustaría intentar?
Ser peluquera,esteticien, quiromasajista o tener una tienda
¿Qué profesión nunca te gustaría intentar?
Supongo que todas las profesiones, por duras que parezcan, tienen su razón de ser y sus propios
encantos..solo que uno necesita aún descubrirlos... Hace poco, en el primer
aniversario de la salida milagrosa de los mineros chilenos, le dije a un
hombre que se jactaba de que se habían ‘hecho famosos’ y vivían como reyes
(cosa que no es verdad) que por mucho que hubiera podido ser así yo no les
cambiaba su trabajo ni su suerte. Creo que ser minero debe ser muy duro.

Si el cielo existe, ¿qué te gustaría que Dios te dijera cuando llegues a
las puertas del paraíso?
Yo creo que existe, si no andamos perdidos...Voy
a cerrar los ojos e intentar visualizar. Aquí está, vestido de blanco
que deslumbra, con una sonrisa y su mano en mi espalda, mientras me
dice: ‘Lo intentaste, bien hecho...algunas cosillas estuvieron mal, pero
te perdono...Venga, entra! Hay mucha gente que te quiere que te está
esperando”

Gracias por este rato de complicidad, Elizabeth. Ha sido un verdadero
placer charlar contigo.
Amigos lectores, este ser humano tan espectacular y hermoso como los mísmos ángeles es la escritora española Lydia Giménez Llort, a quien le agradezco infinitamente por tomarse el tiempo de venir a charlar con nosotros y dejarnos conocer un poco más a fondo no sólo su arte escrito sino su alma.
Les dejamos uno de los maravillosos cuentos de Lydia ... El pato con botas ... que lo disfruten.


miércoles, 10 de agosto de 2011

HAY DRAGONES POR MONTONES


Autor: Elizabeth Segoviano

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS SEP-INDAUTOR

registro público 03-2011-101711562800-14

PARA EL DRAGÓN CUENTACUENTOS CON TODO CARIÑO

Aunque no lo creas en estos tiempos aún hay dragones por doquier.

Ocultándose entre edificios, árboles, los autos y hasta en las tazas de té.

¡Hay dragones por montones detrás de la luna y entre grises nubarrones!

Y todos están esperando ser descubiertos por almas valientes, almas guerreras, almas indomables de soñadores incurables que no temen ser originales y que luchan contra viento y marea, contra gente de poca fe y de mentes y corazones cerrados y de piedra que en nada pueden creer.

¡Hay dragones por montones esperando en línea para tomar un tren, también están en restaurantes, en los libros, en grafittis e incluso entre las sobras de la cena de ayer!

Ellos quieren ser encontrados por ojitos entrenados que sepan donde buscar por su increíble poder; los dragones sólo ansían regalarte su magia, valentía, fuerza, coraje y sabiduría para que nunca temas recorrer un camino aunque te digan que no se puede, que no es posible, que es cosa de locos, que pienses como todos los demás y hagas lo que te dicen porque no hay nada más que hacer ...

Los dragones saben que los espíritus listos, libres y temerarios pueden abrir caminos donde no los hay, pueden hacer posible lo imposible y cada sueño que tengan será real.

¡Hay dragones por montones! Encuéntralos y recibe su poder, conviértete en dragón milenario, poderoso, imponente, invencible, uno gigante de alas imbatibles y escamas que te protejan contra cualquier mal y contra toda oscuridad; porque al ser un dragón no habrá obstáculo que no puedas rebasar y tu fuego y tu rugir resonará más allá de las estrellas y en la eternidad para que otros dragones vengan a ti y juntos derroten toda adversidad

jueves, 4 de agosto de 2011

LA LLUVIA ME CONTÓ


Autor: Elizabeth Segoviano

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

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La lluvia me contó mientras caía lo que vió cuando la ciudad dormía.

Me habló de la vida que crecía a escondidas, rebelde, casi furtiva entre las calles de esta enorme ciudad.

La lluvia me contó de un roble sinvergüenza, muy valiente que se atrevió a crecer entre un banco y un centro comercial.

Él pensó que tendría una vida corta y que pronto alguien al notarlo lo mandaría talar.

Pero el roble ya había visto veinte primaveras, y a veces, sólo a veces, pasaba algún humano soñador y le regalaba una mirada, una sonrisa ... o si era un día de suerte ... hasta una caricia.

La lluvia me contó mientras caía lo que vió cuando la ciudad dormía.

Me dijo de una numerosa familia de colibríes que vivían a gusto, libres y felices entre las tupidas ramas de un arbusto de bugambilias que adornaba el muro de un colegio preescolar.

Ahí, entre las risas de los niños los colibríes podían entonar sus poemas, rimas y canciones con toda libertad.

La lluvia me contó mientras caía lo que vió cuando la ciudad dormía.

Me reveló en un susurro ... casi un suspiro, que los gatitos callejeros son en realidad ángeles encubiertos paseándose en los tejados de la gente buena y soñadora, para que al amanecer puedan ver sus deseos hechos realidad.

Es por esto que los gatitos cantan y bailan toda la noche sin parar celebrando que en el mundo aún quedan almas buenas que ayudar.

La lluvia me contó mientras caía lo que vió cuando la ciudad dormía.

Me relató un tanto celosa sobre las palomas aventureras que hacen de cualquier corniza su temerario hogar.

A ellas el viento les cuenta primero que a nadie hermosas leyendas de lejanas tierras y poemas que viajan en las olas del mar.

La lluvia me dice que las palomas están dispuestas a contar esas historias a cualquiera que desee escuchar ... por el módico precio de unas cuantas migas de pan.

La lluvia me contó mientras caía lo que vió cuando la ciudad dormía .

Me dijo que al espiar por las ventanas encontró gente como yo, unos cuantos rebeldes, sinvergüenzas, soñadores furtivos recorriendo la ciudad.

Gente quele sonríe a los árboles y tararea las melodías de los colibríes, gente que no ahuyenta a los gatitos callejeros, gente que está dispuesta a escuchar los cuentos y leyendas de las palomas ... por el módico precio de unas cuantas migas de pan.

La lluvia sabe que incluso en las grandes y ruidosas ciudades hay gente que quiere escuchar lo que la lluvia quiere contar.


lunes, 1 de agosto de 2011

¡UN NINJA EN LA CORTE!


Autor: Elizabeth Segoviano

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Desde tiempos milenarios había sido estricta tradición en la familia Wu Lo-Kuaz que todos sus miembros, sin excepción alguna, se convirtieran en Ninjas. Por lo que desde la tatara tatara recontra tatara abuelita Wu Lo-Kuaz hasta el último tatara archirecontra tatara tatara etcétera nieto Wu Lo-Kuaz eran los más hábiles, expertos, distinguidos, capaces, ágiles, arteros y respetados Ninjas de todo el mundo.

Grandes emperadores, reyes, y gobernantes de muchos países en diferentes épocas habían recurrido a la astucia y fortaleza de la familia Wu Lo-Kuaz para resolver conflictos, atrapar malandrines, y, en muchos casos, impartir justicia.

Sin embargo al pequeño Haro Wu Lo-Kuaz no le entusiasmaba mucho la idea de ser

un Ninja, si bien tenía el talento y la habilidad para ser uno de los mejores, a Haro Wu Lo-Kuaz le molestaba que toda situación era resuelta con las secretas combinaciones de golpes de garra de dragón furioso o la refinada técnica de tigre asustadizo mezclada con una que otra patada de conejo rebuscón; por ejemplo, si alguien no quería comer sus vegetales llegaba a toda prisa la tatara tatara abuelita enfundada en su traje negro con todo y sable en el cinturón y a base de la técnica del panda frenético le obligaba a terminarse el brócoli, las zanahorias, guisantes o lo que fuera, y lo mismo sucedía si por error a Haro se le olvidaba tallarse detrás de las orejas o recoger su recámara ... no importaba la situación, que esto y que el otro ¡zas! Todos los días parecían ser sacados de las mejores y más increíbles películas de Ninjas. Incluso los vecinos estaban atemorizados, porque si hacían algo que molestara a la familia Lo-Kuaz de inmediato dejaban mostrar su perfeccionada técnica de gritos de mono aullador rockero, con los cuales aturdían y enmudecían a toda la calle.

Fue entonces que el pequeño Haro Wu Lo-Kuaz pensó que no quería ser un Ninja y que había mejores formas de resolver los problemas, así que desde ése momento Haro decidió que quería convertirse en abogado y luchar por la justicia y defender a los inocentes de una forma mucho más civilizada.

Sin embargo, Haro sabía que sus parientes no estarían de acuerdo conque abandonara la larga tradición familiar; así que pensando y repensando el asunto, se le ocurrió que su querida familia no tenía porqué enterarse de sus planes, después de todo, un verdadero Ninja sabe guardar mejor que nadie cualquier tipo de secreto, y, si quería tener éxito en su misión debía aplicar todos los conocimientos que tenía.

Así que llegado el momento en que nuestro amigo debía entrar a la escuela de leyes ... ¡nadie se enteró! Sus largos años de entrenamiento habían rendido fruto y era tanto o más sigiloso que la sombra de un mimo, sus rápidos movimentos para esquivar el vigilante ojo de su tatara tatara abuelita casi eran súpersónicos, y, enfundado en su ajustado traje negro podía trepar por las paredes mejor que cualquier gato de azotea.

Así pasó el tiempo y nadie, absolutamente nadie sabía su enorme secreto, pues toda la familia suponía que pasaba largas horas entrenando, ya que sus técnicas mejoraban notablemente día con día, hecho que era de esperarse ¡porque escapar de la tatara tatara abuelita no era cosa fácil! Luego de mucho tiempo y dedicación Haro Wu Lo-kuaz por fin estaba apunto de graduarse ¡y con los máximos honores! En la facultad era muy reconocido por los maestros, motivo por el cual fue recomendado para trabajar en la corte. Como podrán imaginar, Haro estaba que no cabía en sí de gusto ... sólo que hubiera querido poder compartir su alegría con toda su familia ...

La mañana en que Haro iba a tener su primer caso salió muy temprano, algo nervioso pero muy contento, vistiendo un elegante traje a rayas y corbata, un distinguido sombrero y su brillante portafolios metálico con cerradura de combinación. Al llegar al inmenso edificio de fachada gótica y enormes salones que hacían eco, el corazón de Haro comenzó a latir cada vez más rápido, y cuando finalmente sonó la campanilla del elevador nuestro amigo encontró una gran oficina en cuya moderna puerta de cristal se podía leer “Licenciado Haro Wu Lo-kuaz, abogado defensor”. Nuestro muchacho comenzaba a creer que todo era un sueño y que en cualquier segundo despertaría, pero en ése preciso momento la dulce y melodiosa voz de su jefa, la señorita Shin-Shin Jua-netes lo sacó de su asombro entregándole el archivo de su primer caso.

De inmediato Haro puso manos a la obra y comenzó a leer el expediente que decía así: “caso número cinco millones trescientos setenta y siete mil quinientos doce, el estado contra Nana Wu Lo-Kuaz T´a senil”.

Cuando Haro leyó aquel nombre no pudo menos que quedarse helado, petrificado, aterrado, inmovilizado, esponjado y con los pelos de punta, pues resulta que Nana Wu Lo-Kuaz T´a senil ¡era nada más y nada menos que su tatara tatara abuelita!

- ¡por el sable de mi abuela! -gritó el muchacho asustando a la señorita Shin-Shin Jua-netes–

- ¿Pero que te sucede chico?

- ¿D... d... de... de qué se le acusa a la señora?

- Hmmm –decía la señorita mientras recogía el expediente del piso –no es algo demasiado grave ... aunque tampoco se debe tomar a la ligera, resulta que la señora Lo-Kuaz T´a senil ha sido acusada por el mismísimo alcalde de la ciudad porque ella lo agredió cuando él paseaba a su perrito tranquilamente por la calle.

- Y ... que .. que que que... ¿qué le hizo ella al alcalde?

- Hmmm ... de acuerdo con esto la señora Lo-kuaz T´a Senil le brincó encima al alcalde, le arrancó de un tirón el peluquín y le embadurnó la cabeza con un trozo de césped, le hizo calzón chino y le pegó el peluquín al perro en el trasero. Por todo esto se le acusa con el cargo de encuentro cercano del tercer tipo en segundo grado con agravantes ... alcanza la fianza pero la señora se negó a pagarla, pues clama que es inocente... un momento ... Wu Lo-Kuaz ... ¿qué ese no es tu apellido chico?

- P... p... pues sí.. verá señorita...

- ¡No se diga más! ¡qué suerte! Me alegro mucho ¡que hubiera dado yo porque en mi primer caso mi familia estuviera conmigo!

- ¿Aunque fuera la acusada? –interrumpió Haro–

- Hmmm ... detalles, detalles

- ¿Que sea mi abuelita no es un conflicto?

- ¿Conflicto? Hmmm ... detalles, detalles ¿acaso la justicia no es ciega? Justicia es justicia sea tu abuela o no, así que la vas a defender.

Cuando Haro entró al gran salón de la corte apenas y podía respirar y definitivamente no podía dejar de temblar, sobre todo cuando el juez llamó a la acusada a tomar asiento en el estrado.

La enorme puerta de madera se abrió, y entraron la acusada y el acusador aún discutiendo mientras dos inmensos guardias intentaban contener y esquivar los certeros golpes de tuzo marrullero que la abuelita quería propinarle al alcalde.

- ¡Orden en la corte! –gritó el juez– ¡que se siente la acusada!

En el momento en que por fin la abuelita tomó su lugar notó que el abogado que había contratado vía telefónica su familia ¡era nada más y nada menos que su nietecito! Por lo que de inmediato Haro comenzó a hablar con ella con el ultrasecreto lenguaje de señas de los Ninjas ... que para cualquiera de nosotros podría parecer una mala imitación de un pez que había azotado en el piso luego de dar un mal salto en la pecera.

Así Haro se enteró de lo que en realidad había ocurrido y recordando que ante todo, y después de todo, era un Ninja, volvió a tomar valor, respiró profundo, dejó de temblar y comezó el juicio. Aunque no era nada sencillo mantener quieta a la abuelita, porque cada vez que hablaba el alcalde ella se levantaba de un brinco del asiento y trepando por las paredes como araña psicótica intentaba propinarle su combinación de patadas de conejo rebuscón, por lo que, en más de una ocasión, Haro tuvo que seguirle el paso con sus volteretas de lemur hiperactivo mientras le decía que había otras formas de impartir orden y justicia y que él se encargaría de aclarar el asunto. Pero para el jurado y las personas que presenciaban el juicio era todo un espectáculo ver a esos dos magníficos Ninjas en acción, incluso al juez se le olvidaba por ratos en donde estaba y animaba a la abuelita Lo Kuaz T´a senil a perseguir al alcalde.

Una vez calmados los ánimos el abogado acusador presentó al jurado varias pruebas.

- ¡Prueba número uno! –se escuchaba– el peluquín que un veterinario tuvo que extraer al perrito del alcalde, ¡prueba número dos! ¡El perrito con todo y su trasero enrojecido por el brutal ataque de una ancianita loca!

- ¡objeción! –gritó Haro– el abogado insulta a mi cliente ... ¡la abuelita no está loca y lo voy a probar! ¡Llamo al señor alcalde al estrado! ¿no es cierto señor alcalde que usted paseaba a su perrito fuera de los límites del parque?

- Pues sí, pero éso no es un crimen, el perrito tenía su correa.

- Cierto –decía Haro– sin embargo si es un crimen que usted dejara que su perrito hiciera sus “gracias” sobre el césped de la casa de la abuelita ¡y que usted ni siquiera limpiara las cochinadas de su animal!

- Bueno ... bueno –decía el alcalde– quizá tenga razón ¡pero la señora me atacó!

- ¡Arrancarle la cabeza! –gritaba la abuelita– ¡eso debí hacer, pero sólo intentaba educar a su perro!

- ¡Orden en la corte! –gritó el juez– no necesito escuchar más ... el abogado Lo-Kuaz tiene razón, el alcalde deberá pagar a la abuelita el césped dañado y no podrá pasear a su perro a menos de ciento cincuenta metros de distancia de la abuelita... sin embargo, el alcalde también tiene razón, la abuelita no debió saltarle encima ni arrancarle el peluquín ... la abuelita deberá pagar el peluquín y comprarle al perro una pomada para su trasero ¡Y AMBOS DEBERÁN DISCULPARSE! ¡CASO CERRADO!

El jurado, el alcalde, la abuelita, el abogado acusador, la señorita Shin-Shin Jua-netes, los guardias y la familia entera de Haro Wu Lo-Kuaz estaban aplaudiendo la solución del juez y vitoreando a Haro que se había convertido en todo un abogado, y lo mejor de todo era que su familia estaba feliz y orgullosa de él, porque después de todo ¿quién dice que no puede haber un Ninja en la corte?