martes, 31 de julio de 2012

CUENTOS EMPOLVADOS: EL SELLO DE LYRAX CAPÍTULO X


EL SELLO DE LYRAX
CAPÍTULO X

LOS PEQUEÑOS VALIENTES

Autora: Elizabeth Segoviano TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS SEP-INDAUTOR 03-2011-101711562800-14








Viene del capítulo 9 ¡No pasarás!
http://sognareprofundere.blogspot.mx/2012/07/cuentos-empolvados-el-sello-de-lyrax_25.html    


En el mundo de papel Ivy y Haibane notaron que algo importante estaba ocurriendo porque ya nada era tan sombrío ni color sepia, algunas cosas empezaban a tener color, como la hierba y el cielo, y el huevo en el que se había convertido el castillo oxidado brillaba aún más que el oro. Ivy lo tocó, estaba tibio, era muy liviano pero increíblemente duro y resistente.
-                    ¿Ahora qué hacemos? –preguntó Ivy–
-                    Hay que llevarlo a donde habitan los demás dragones ...
-                    ¿Y dónde es eso?
-                    No estoy seguro Ivy, las cosas en este mundo han cambiado mucho, yo permanecí dormido hasta que fuiste llamada, los dragones deberían estar aquí, pero no hay uno sólo.
Las palabras del cuervo fueron interrumpidas por un sonido muy peculiar, era como un débil tintineo seguido de un crujir y un rechinido; el sonido parecía venir de todas partes, se le escuchaba en el cielo, en las paredes de rocas que rodeaban el terreno, parecía salir de los guijarros y del suelo, provenía del follaje seco, lo llevaba el viento, se podía sentir en la piel; entonces Ivy lo supo, aquellos sonidos provenían del huevo dorado, éste de repente comenzó a estremecerse, un poco más fuerte cada vez, hasta que por fin pudo apreciarse sobre la superficie del cascarón una pequeña grieta, que lentamente se hacía más larga y ancha, hasta que se esta se abrió por completo y del huevo emergió una pequeña criatura increíblemente hermosa, tenía unas alas grandes, flexibles y cubiertas de hermosas plumas tornasoladas que cambiaban según les diera la luz, tenía unas garras fuertes color de la noche, que brillaban como diamantes, su cuerpo era largo y fuerte, asemejaba un poco a una iguana, pero las escamas que lo cubrían de pies a cabeza eran de un color dorado tan puro como el del sol, sus ojos eran color turquesa, recordaban el alto oleaje de los siete mares, tenían el resplandor de la luna y sus dientes, eran tan blancos como la nieve ¡ERA UN DRAGÓN HERMOSO! ... pequeño, pero hermoso, de inmediato la criatura posó sus ojos en Ivy, y la niña pudo sentir una conexión muy fuerte con él, era como si lo conociera de toda la vida, ni siquiera necesitaba hablarle, porque estaban hechos para ser amigos, era su destino, estaba escrito, así que Ivy abrazó al dragón; y en cuanto lo hizo tuvo una visión, le quedó perfectamente claro en dónde se encontraban los demás dragones ... ¡estaban ahí! Alrededor de ellos todo el tiempo, ocultos entre los retorcidos troncos de los árboles, ocultos detrás de la luna, por entre las nubes y estrellas, durmiendo bajo la interminable cantidad de hojas, siempre estuvieron ahí los guardianes, ocultos por un hechizo de Tandrara, pero ahora que tenían al nuevo dragón todos despertarían par estar juntos como desde hacía siglos lo habían hecho.
El corazón de Ivy latía lleno de emoción, sin embargo aquel momento de alegría se ensombreció rápidamente al ver que el túnel sellado estaba abriéndose, en un instante el color y la luz que estaba emergiendo volvió a oscurecerse, todo tomó un tono café, casi negro, comenzó a hacer mucho frío y los paisajes que antes lucían marchitos se convirtieron en un verdadero desierto; Ivy abrazó aún más fuerte al bebé dragón, y Haibane se convirtió nuevamente en una parvada, que se formó delante de Ivy como si fuera una muralla bien alta y sólida, y entonces la vieron, la gran alquimista que antes fuera el alma de los bosques en aquel mundo había regresado, y estaba furiosa, ésa furia alimentaba su poder y formando un torbellino con el movimiento de sus manos hizo que los cuervos salieran disparados en diferentes direcciones y finalmente tuvo a Ivy y al pequeño dragón Thorfax frente a ella, indefensos ... o al menos eso pensaba Tandrara ...

Ivy tenía miedo, pero no por ella, tenía miedo por Thorfax, él era aún más pequeño que ella, y la niña sabía que todas las criaturas pequeñas necesitan ser protegidas, ella no podía permitir que algo malo le sucediera al dragoncito; era cierto, ella sólo era una niñita, pero pelearía con uñas y dientes si era preciso para salvar a Thorfax; Tandrara se acercó con su mirada llena de ira y su sonrisa perversa y quiso tocar al dragón, pero Ivy tomó de su bolsillo una de las manzanas que había tomado del árbol que había dibujado su hermano en el bosque y se la arrojó con todas sus fuerzas a Tandrara, y le dio justo en el ojo derecho, Ivy tomó otra manzana y se la arrojó al ojo izquierdo, hirió los ojos de la hechicera, todo estaba borroso y no podía enfocar la vista, y el pequeño Thorfax abrió su poderoso hocico y lanzó una bocanada de fuego tal, que mandó a la Tandrara a volar cientos de metros atrás, él tampoco iba a permitir que algo le sucediera a Ivy; entonces Haibane regresó, agrandó su tamaño, le dijo a Ivy que abrazara a Thorfax y se montara en su lomo, de inmediato se remontaron en el cielo cubierto de nubes completamente negras, la furia de la alquimista iba en ascenso, y conjurando uno de sus encantamientos hizo que su rostro apareciera en cada nube, luciendo cada vez más amenazador, su risa malvada era tan poderosa como los truenos, desde las alturas Thorfax seguía disparando bocanadas de fuego ... era aún más rápido que Tandrara, Ivy ya no sentía tanto miedo, y levantando sus manos al aire gritó ¡DESPIERTEN DE SU SUEÑO, QUE SE CAIGA EL VELO QUE CUBRE SUS OJOS! ¡DESPIERTEN YA DRAGONES TODOPODEROSOS DE LA DINASTÍA THORFAX! ¡DESPIERTEN SE LOS COMANDA SU GUARDIANA, LA PORTADORA DEL SELLO DE LYRAX!
La voz de Ivy había resonado más potente que cualquier tormenta, más avasalladora que el rugir de cualquier león, su canto despertó a los antiguos dragones, guardianes del portal entre los mundos. Trece eran los magnánimos dragones, uno a uno comenzaron a surcar el cielo, dueños del aire, el agua el fuego y la tierra, protectores de las estrellas y portadores de la fuerza del sol, ¡los pequeños valientes Ivy y Thorfax lo habían logrado! Los pequeños que eran tan fuertes como cualquiera se habían defendido y habían despertado a los trece guardianes... CONTINUARÁ ;) ...
CAPÍTULO 11 AQUÍ http://sognareprofundere.blogspot.mx/2012/08/cuentos-empolvados-el-sello-de-lyrax.html


miércoles, 25 de julio de 2012

CUENTOS EMPOLVADOS: EL SELLO DE LYRAX CAPÍTULO IX


EL SELLO DE LYRAX
CAPÍTULO IX
¡NO PASARÁS!
Autora: Elizabeth Segoviano TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS SEP-INDAUTOR 03-2011-101711562800-14












Viene del capítulo 8 En el castillo oxidado
http://sognareprofundere.blogspot.mx/2012/07/cuentos-empolvados-el-sello-de-lyrax_18.html


En el jardín de la mansión Thorfax había una escena completamente distinta, Darian yacía sobre el césped inconsciente, pues al haber visto a su hermanita casi caer al vacío nuestro amigo usó toda su fuerza para concentrarse en poder tocarla, aquel acto de traspasar los mundos de aquella manera tan poderosa no podía ser llevado a cabo por cualquier persona, en especial una sin entrenamiento en la alta magia. Pero Darian llevaba aquel conocimiento en sus venas, y había sido su preocupación y amor por Ivy el que había hecho crecer su fuerza de aquella forma tan increíble; aquel acto también había llamado la atención de Tandrara quien colérica por verse superada por un par de niños decidió reunir sus fuerzas para detener a Darian ahora que no podía defenderse y la noche comenzaba a caer.
Así, encubierta por una noche sin luna la alquimista cruzó los mundos hacia la mansión Thorfax y escabulléndose entre las sombras llegó al jardín, por un momento se quedó contemplando a Darian, tenía el semblante tranquilo, su mano derecha estaba manchada del grafito de un lápiz muy pequeño, su otra mano estaba cerrada, la tenía muy apretada, seguramente ahí sostenía las monedas del libro del destino, Tandrara por un segundo dudó, por una fracción de tiempo pensó que debía detenerse, miró a su alrededor y sintió el perfume de las florecillas silvestres y de la hierba, sintió la suavidad del viento moviendo sus rizos ... hacía tanto tiempo que no experimentaba algo así, no desde que se encerró en su mundo de oscuridad, entre polvorientos libros de recetas mágicas y frascos llenos de pociones hechas con ingredientes repulsivos ... antes las cosas no eran así, ella era buena, su magia hacía crecer las flores y los árboles, su voz atraía las corrientes de los ríos, sus manos curaban a las criaturas de los bosques, los elfos y las hadas eran sus amigos, Tandrara por un momento quiso llorar, llorar por haberle dado la espalda a la luz, poco a poco bajó la guardia y por entre las nubes que cubrían la noche se asomó una estrella, la alquimista la vio ¡era hermosa! Ya había olvidado lo hermosa que era la luz; pero entonces lo recordó, ¿porqué ella debía conformarse con ser la sirvienta de un dragón? ¿porque si ella era tan poderosa no podía ser la guardiana del portal entre los mundos? ¿porqué no podía ella ser parte de los Lyrax? ¿porqué debía quedar relegada y ser ignorada? ¡no! ¡eso no era justo! ¡todos debían respetarla, todos debían saber quien era, incluso si eso significaba sumergir a todos y todo en las sombras! Tandrara volvió a envolverse en su enojo y tomó el libro del destino que había quedado sobre el pecho de Darian, se inclinó sobre él y tomando su mano izquierda le quitó las monedas, y sosteniendo las cosas en sus manos comenzó a soplar y soplar hasta que el libro y las monedas se desvanecieron con su aliento; una sonrisa malvada se dibujó en su rostro, pero no duró mucho pues en ése momento Darian recobró la consciencia, la sujetó del brazo y la obligó a sentarse en la fuente de mármol del jardín.
-                    ¡No voy a permitir que le hagas daño a nadie! –exclamó el muchacho–
-                    ¡No me hagas reir niño! Tú nada puedes hacer, es mejor que te quites de mi camino.
-                    Es demasiado tarde Tandrara, estás en mi mundo y aquí tu poder no cuenta.
-                    ¿Cómo te atreves? ¡insolente! –de repente la oscuridad de la noche se intensificó, inmensos nubarrones cubrieron el cielo hasta donde la vista alcanzaba a ver, relámpagos y truenos cimbraron la tierra, pero Darian no se asustó y eso desconcertó a la alquimista–
-                    No te tengo miedo, puedes ennegrecer aún más la noche, y poblar el cielo con todas las tormentas que desees, pero no me asustas, y no te voy a dejar regresar al mundo de papel en donde se encuentra Ivy ¡NO VAS A PASAR! –gritó el muchacho, y mientras lo hacía las horribles nubes se dispersaron, y el cielo quedó cubierto de estrellas–
-                    Tandrara no podía creer lo que aquel niño estaba logrando, estaba peleando su magia y ni siquiera necesitaba decir algún encantamiento, ya no podía percibir miedo alguno en su corazón, y eso asustó a la alquimista, que intentaba alejarse de Darian, pero por alguna razón no podía moverse–
-                    No puedes y no podrás moverte Tandrara, estás sentada sobre el sello del los Lyrax, esta rosa de los vientos, y no sólo me indicó hacia qué camino debía guiar a Ivy, también movía las páginas del libro del destino ...
-                    ¡Ese libro ya no existe!
-                    ¿Te refieres a que lo desapareciste?
-                    Si
-                    Detalles –decía el chico con un tomo muy seguro mientras ponía sus palmas sobre la tierra del jardín y decía: “por entre los mundos, por entre la niebla, nada se pierde, todo regresa” –y de la nada regresó el libro del destino completamente intacto junto con las monedas–
-                    ¡Esto no es posible! –gritaba la alquimista– ¡no hay forma de que un simple niño pueda saber tanto!
-                    Ni siquiera yo lo creía –interrumpió Darian– pero el libro dijo: “el destino está escrito, pero la suerte aún o está echada”; mi destino es ser un Lyrax, y eso significa que no puedo permitir que hagas daño –Tandrara no podía moverse, se sentía debilitada, pero su enojo era más grande e intentó una vez más lanzar sus sortilegios, pero antes de que pudiera mover un sólo dedo Darian la interrumpió–
-                    ¡Ya te lo dije! ¡NO PASARÁS! – fue entonces cuando Tandrara cerró los ojos y se convirtió en una sombra, así rápidamente  se escabulló hacia el libro que seguía en el jardín y desapareció entre las hojas, de inmediato Darian se paró sobre el libro y también desapareció– ¡A DONDE QUIERA QUE LLEVES OSCURIDAD YO TRAERÉ LUZ! ¡A DONDE QUIERA QUE ESPARZAS EL MIEDO YO TRAERÉ CALMA! ¡NO PASARÁS! ... CONTINUARÁ ;) ...
capítulo 10 aquí http://sognareprofundere.blogspot.mx/2012/07/cuentos-empolvados-el-sello-de-lyrax_31.html

viernes, 20 de julio de 2012

DÍA DEL AMIGO ... en Argentina :)


Hoy es el día del amigo en Argentina ... ¿qué cómo lo sé? pues porque tengo la fortuna de tener muchos amigos en Argentina, y aunque en mi país (México) se celebró en febrero y en otros países se celebra en otras fechas ¡me parece genial poder celebrar a mis amigos muchas veces al año! :D por eso el motivo de esta entrada :) FELIZ DÍA DEL AMIGO A TOD@S EN DONDE QUIERA QUE SE ENCUENTREN :) 
CUENTA CONMIGO
con todo mi cariño para Erika Currea y Ranita Dibujante, porque sin ustedes mi mundo simplemente no es lo mismo, las quiero un montón :)

Autor: Elizabeth Segoviano ©copyright 2012 
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

Si tienes el corazón herido…
Cuenta conmigo para remendarlo y mimarlo con las palabras más tiernas que se hayan inventado y que jamás hayas oído.

Si acaso tus sueños se han desgarrado, y desvaneciéndose se han alejado…
Cuenta conmigo, para soñar a tu lado y ponernos a cazar estrellas fugaces, para hacernos con ellas un par de alas relucientes que nos lleven muy lejos, a donde nacen los sueños, y de allí nunca bajaremos.

Si un día tu cielo se nubla y sólo quieres llorar…
Cuenta conmigo para atrapar tus lágrimas y en ellas encerrar todos los colores del arco iris, para demostrarte que cada nube oscura, cada suspiro y el llanto no son nada más que el puente que te llevará a días felices y brillantes, días de logros y sueños realizados en los que reiremos y brindaremos juntos por más días lluviosos que escondan dicha y recuerdos amorosos.

Si tu camino se hace arduo y cuesta arriba y sientes que poco a poco pierdes todas tus fuerzas y tu voluntad…
Cuenta conmigo, para tomar tu mano y paso a pasito subir un poco más, juntos sorteando todos los obstáculos que puedan surgir, yo seré la fuerte roca en la cual te apoyarás, seré la sombra en la que puedas descansar y me convertiré en escalón que te ayude a subir un peldaño más.

Si algún día te sintieras completamente perdido…
Cuenta conmigo, para explorar juntos los caminos inciertos, para señalarte el sendero correcto, cuenta conmigo, mi querido amigo para convertirme en arco y tú en flecha poderosa e imparable que siempre llegue a su destino.
Cuenta conmigo para todo y para siempre, juntos aunque estemos lejos Juntos en esta vida y la siguiente, porque dos amigos que se quieren son una sólo alma desde que se conocen y hasta siempre.

miércoles, 18 de julio de 2012

CUENTOS EMPOLVADOS: EL SELLO DE LYRAX CAPÍTULO VIII


EL SELLO DE LYRAX
CAPÍTULO VIII

EN EL CASTILLO OXIDADO

Autora: Elizabeth Segoviano TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS SEP-INDAUTOR 03-2011-101711562800-14 








Viene del capítulo 7 ¡Corre!
http://sognareprofundere.blogspot.mx/2012/07/cuentos-empolvados-el-sello-de-lyrax_11.html


Después de una frenética carrera Ivy por fin llegó al otro lado, y en cuanto puso los pies en tierra firme el túnel se cerró por completo, no quedaba nada más que una sólida pared de roca; Ivy se acercó y al ver que no había forma de que la entrada volviera a abrirse comenzó a golpearla con sus pequeños puños mientras sollozaba. –no Ivy, no debes llorar– se decía a sí misma, recuerda que no estas sola– entonces secó sus lágrimas con la manga de su abrigo, cerró los ojos, respiró profundo y susurró con mucho cuidado “Haibane Renmei, Haibane Renmei, Haibane Renmei”, casi de inmediato una brisa suave y fresca comenzó a soplar, olía a café, le recordaba las mañanas soleadas de los domingos, la brisa y el aroma se intensificaron y la niña pudo sentir el suave roce de una llovizna de ceniza, abrió los ojos y pudo ver como la ceniza se convertía en plumas, y las plumas volaban por doquier hasta que se amontonaron frente a ella y tomaron la forma de su amigo, el cuervo Haibane.
-                    ¡Mi Cuervo! –gritaba Ivy mientras lo abrazaba– perdóname.
-                    ¿Pero que dices mi niña? ¿perdonarte? si no haz hecho nada malo.
-                    Es que no pude ayudarte, me protegiste y enfrentaste a la sombra tú solo ... yo no pude hacer nada.
-                    Pero Ivy, si haz sido tú quien me ha salvado.
-                    ¿Cómo?
-                    Tus plegarias ... tus plegarias resonaron en la oscuridad, acallando los estruendos de Tandrara, y fueron tus lágrimas honestas y brillantes las que me ayudaron a alejarla del túnel.
Los amigos sonrieron y se abrazaron, pero aquel viaje aún no terminaba. 
Frente a los ojos de Ivy se levantaba un impresionante castillo, cada pared  y puerta, cada torre, ladrillo y detalle estaban hechos de metal. Podía verse que era muy antiguo, no sólo porque parecía medieval, sino porque estaba completamente oxidado.
Al llegar a la gran puerta levadiza Ivy notó otra señal de su hermano, sobre el óxido estaba escrito esto: “SEMPER FI”, la pequeña de inmediato tomó la placa que colgaba de su cuello y la puso sobre la cerradura, ésta se abrió rápidamente y las cadenas comenzaron a moverse, los amigos entraron y cerraron la puerta asegurándola muy bien; dentro del castillo había mucha luz, aunque no sabían de donde provenía, porque no había lámparas, candelabros ni ventanas; pues todas habían sido tapeadas con grandes placas de metal, y por dentro estaban decoradas con vitrales hechos de aluminio y estaño, en todas ellas se podía ver el escudo de armas de la familia Lyrax, igual que en la mansión.
-                    ¿Qué se supone que debemos hacer aquí? –preguntaba Ivy–
-                    Hay que buscar al legendario guardián, el dragón Thorfax –decía el cuervo–
-                    ¿Thorfax? tú dijiste que ése es mi otro apellido.
-                    Así es Ivy, tu segundo apellido viene del nombre de tu protegido.
-                    ¿Pero cómo voy a proteger un dragón? ¿acaso no son gigantescos y sumamente poderosos?
-                    Verás Ivy, cada veintiocho años un nuevo dragón Thorfax nace para unirse a su clan y proteger no sólo este mundo, sino también el mundo de los humanos, y según sabemos el nuevo dragón es muy pequeño todavía.
-                    ¿Es un bebé?
-                    Así es
-                    ¿Y dónde está?
-                    Éste es el lugar más seguro de nuestro mundo, el único que no ha podido tocar Trandara, el dragón debe estar aquí.
El tiempo apremiaba, con cada segundo la alquimista oscura recuperaba sus fuerzas y haría lo imposible por capturar al dragón; así que con ese pensamiento en mente comenzaron su búsqueda.
Registraron las cinco torres, desde el sótano hasta la punta más alta, abrieron cada habitación, pero todo estaba vacío, el castillo parecía haber sido abandonado hacía siglos, el polvo, el óxido y las telarañas no mentían, aquel lugar debió ser hermoso alguna vez, Ivy podía imaginárselo brillando como el sol ... igual que el sol –pensaba la niña–
-                    ¡IGUAL QUE EL SOL! –gritó de repente Ivy–
-                    ¿A qué te refieres mi niña?
-                    ¡Hay que esperar que el sol esté en lo más alto del cielo, el sol nos va a mostrar en donde está oculto el dragón!
Por fortuna no faltaba mucho para que el sol llegara al cenit, y cuando finalmente lo hizo, un sólo rayo penetró en el castillo, se reflejó en el aluminio de cada ventana, siguió trepando por las escaleras como si fuera una serpiente, llegó a los techos y atravesó las puertas inundándolo todo; a pesar del óxido el metal brillaba como el oro, y de repente aquel inmenso mar de luz comenzó a deslizarse por una rendija en el piso, era como si algo lo estuviera absorviendo, y el rayo fue haciéndose cada vez más y más delgado hasta que desapareció.
Al ver aquello, Ivy y el cuervo se apresuraron al lugar donde estaba la rendija, intentaron buscar alguna puerta, un pasadizo, algo que les permitiera abrir el piso, pero no había nada, Haibane intentó abrir la ranura con su pico, pero el piso era metal sólido y no pudo ensancharla, pero al introducir el pico comenzó a sentir un calor abrumador, el piso comenzó a calentarse, también las paredes y las manijas de las cerraduras, entonces los amigos decidieron salir, y cuando lo hicieron no podían dar crédito a lo que presenciaban sus ojos; el rayo de sol había salido y rodeaba el castillo por completo como si estuviera envuelto en una burbuja; y cada parte del edificio comenzó a doblarse como si estuviera hecho de papel, las torres quedaron aplanadas y dobladas sobre los muros de la planta baja, las ventanas quedaron reducidas a pequeños cuadros, por momentos parecía como si el enorme castillo estuviera convirtiéndose en un barquito de papel, pero pronto tomó la forma de un cubo y lentamente este empezó a girar y girar cada vez más rápido hasta que se convirtió en una esfera y ésta en un óvalo, un óvalo dorado del tamaño de un taburete, y el óvalo cayó suavemente en el suelo y por fin dejó de brillar.
¡El castillo oxidado no era otra cosa que el cascarón de un huevo de dragón! ... CONTINUARÁ ;) ...
CAPÍTULO 9 AQUÍ http://sognareprofundere.blogspot.mx/2012/07/cuentos-empolvados-el-sello-de-lyrax_25.html

miércoles, 11 de julio de 2012

CUENTOS EMPOLVADOS: EL SELLO DE LYRAX CAPÍTULO VII


EL SELLO DE LYRAX
CAPÍTULO VII
¡CORRE!
Autora: Elizabeth Segoviano TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS SEP-INDAUTOR 03-2011-101711562800-14








Viene del capítulo 6 No estás sola
http://sognareprofundere.blogspot.mx/2012/07/cuentos-empolvados-el-sello-de-lyrax.html


El túnel era bastante estrecho, así que Haibane tuvo que reducir su tamaño y se posó sobre el hombro de Ivy, tan pronto se introdujeron en el pasillo la entrada se cerró y quedaron inmersos en una luz muy pobre color café, pero eso no le preocupaba a Ivy, pues tenía la linterna que le había dibujado su hermano, pero al encenderla, el suelo comenzó a moverse y crujir.
-                    ¿Qué está pasando cuervito? –decía asustada la niña–.
-                    No te preocupes Ivy, sigue caminando, hacia adelante mi niña, siempre hacia adelante, nunca mires hacia atrás –aquellas palabras le sonaban muy conocidas a Ivy, pero en aquel momento no podía recordar en dónde las había escuchado–.
El suelo cada vez se hacía más rocoso e inestable, varias veces Ivy tuvo que gatear para seguir avanzando, ella sentía que ya habían pasado muchas horas en ese lugar, y los estruendos y crujidos cada vez eran más fuertes, pero siguieron caminando hasta que el túnel comenzaba a ensancharse y el sendero que estaban recorriendo  ahora se dividía en muchos caminos, algunos hacia la derecha, otros a la izquierda, algunos daban vuelta y era muy confuso seguir, pero el cuervo en el hombro de Ivy seguía guiándola para que no sintiera miedo.
Por un momento los temblores y estruendos se detuvieron y pudieron ver con claridad la salida del túnel y la luz era más clara y cálida, Haibane e Ivy sonrieron, pero al dar otro paso hacia adelante la tierra se abrió y la salida pareció alargarse por kilómetros, de repente toda la luz se oscureció y un viento por demás frío resoplaba por los pasillos imitando los alaridos de alguna extraña criatura; Ivy se aferró a su linterna y vieron cómo del inmenso abismo que se había abierto salía la sombra de una mujer.
    -    ¡Es Tandrara! –gritó el cuervo– Ivy, tienes que llegar al otro lado ...
no bien acababa de decir aquellas palabras cuando un nuevo dibujo de Darian apareció, era un árbol gigantesco, con un tronco tan ancho como toda una casa, y el árbol cayó entre los dos extremos del abismo, como si fuera un puente.
-                    ¡Corre Ivy! –gritó el cuervo, la pequeña se acercó al tronco, pero la sombra de Tandrara se interpuso en su camino tratando de detenerla, entonces Haibane se convirtió en docenas de cuervos y todos juntos atacaron la amenazante sombra que sostenía a Ivy– ¡CORRE IVY CORRE!
-                    ¡No quiero dejarte solo cuervito! –lloraba la niña–
-                    no te preocupes mi niña, nada malo va a pasarme, cuando llegues al otro lado repite mi nombre y hallaré mi camino de regreso hacia ti, te lo prometo – fue en ese momento cuando la sombra de la alquimista oscura se hizo más y más grande tratando de asustar a Ivy, pero Haibane la detuvo y comenzó a empujarla de regreso al abismo con el fuerte aleteo de toda una parvada de cuervos que no le temía a su oscuridad–.
-                    ¡Cuervito! –gritaba la pequeña– ella estaba a punto de rendirse, tenía miedo y no sabía que hacer, se apresuró hacia el tronco y comenzó a atravesar, la oscuridad que se percibía desde arriba era atemorizante, Ivy quería ser fuerte y valiente, deseaba con todo su corazón poder ayudar a Haibane, pero se sentía impotente, lo único que pudo hacer fue rezar porque nada malo le sucediera y las lágrimas comenzaron a deslizarse por su rostro hasta caer al vacío, las inumerables lágrimas parecían constelaciones errantes en las profundidades de aquel abismo; inesperadamente el piso comenzó a estremecerse, esta vez con más furia y los pies de Ivy se resbalaron, creyó que caería, pero justo en ese momento la pequeña pudo sentir la presencia de su hermano, no podía verlo, pero sintió como si las manos de Darian la sostuvieran y la jalaran hacia arriba–.
-                    ¡CORRE IVY! –¡definitivamente era la voz de Darian!– ¡CORRE IVY CORRE!
-                    ¡NO TE DETENGAS MI NIÑA, SIEMPRE HACIA ADELANTE NUNCA MIRES HACIA ATRÁS! –era el eco de la voz de Haibane–
Ivy con renovadas fuerzas corrió sin detenerse, corrió sin mirar atrás, corrió por su hermano y por  su amigo Haibane ... CONTINUARÁ ;) ...
CAPÍTULO 8 AQUÍ
 http://sognareprofundere.blogspot.mx/2012/07/cuentos-empolvados-el-sello-de-lyrax_18.html

miércoles, 4 de julio de 2012

CUENTOS EMPOLVADOS: EL SELLO DE LYRAX CAPÍTULO VI


EL SELLO DE LYRAX
CAPÍTULO VI
NO ESTAS SOLA
Autora: Elizabeth Segoviano TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS SEP-INDAUTOR 03-2011-101711562800-14
viene del capítulo 5 Alas de ceniza
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Darian apenas podía creer lo que sus ojos habían presenciado, vio como un inmenso cuervo salvó a Ivy de una oscuridad siniestra, de inmediato el chico dio vuelta a la página pero el resto del libro estaba en blanco.
El joven volvió a tomar las tres monedas y las arrojó, sólo que esta vez el libro no reaccionó, así que recordando el acertijo, (el destino está escrito, pero la suerte aún no está echada, tira con fe las monedas y avanza, tíralas con miedo y nada volverá a ser igual, tíralas tres veces si quieres hacer a la rosa girar) el muchacho respiró profundo, trató de no sentir miedo y las arrojó una vez más ... pero en cuanto lo hizo la mansión entera se oscureció, Darian sacó su linterna y pudo ver la sombra de una mujer alta envuelta en una túnica, aquella sombra intentaba llevarse las monedas, pero el chico se abalanzó sobre ellas lo más rápido que pudo, al hacerlo, la linterna quedó apuntando hacia la sombra y esta se desvaneció, al igual que la extraña oscuridad que había cubierto el lugar.
Entonces nuestro amigo supo que algo quería detenerlo, algo o alguien sabía que estaba tratando de recuperar a su hermanita, sin embargo nada de eso importaba, nada ni nadie en este mundo o en cualquier otro iba a separarlo de Ivy. –la sangre es más espesa que el lodo– pensó el chico, era una frase que su abuelo solía decir, Darian nunca la había comprendido ... hasta ahora, aquellas palabras significaban que el lazo que lo unía a su hermana era más fuerte que todo, incluso mas fuerte que la oscuridad, así que tomó las monedas y el libro y salió corriendo al jardín, donde el sol brillaba esplendorosamente, ahí ninguna oscuridad intentaría tocarlo.

Sentado sobre el césped el muchacho tiró las monedas, ahora el libro volvía a moverse, y apareció el retrato de una mujer muy bonita, con ojos grandes, pero algo apagados y cabello oscuro, cualquiera hubiera podido pensar que era un elfo o un hada, pero al pie del retrato decía: “Kandrara, la alquimista que le dio la espalda a la luz”. En cuanto Darian terminó de leer aquella frase la vieja fuente de mármol que adornaba el jardín comenzó a moverse igual que una veleta, cosa que era muy desconcertante, porque era muy pesada y no había viento, al cabo de unos minutos dejó de moverse y apuntó hacia el sur; nuestro amigo miró alrededor como esperando encontrar a alguien que le diera respuestas a sus miles de interrogantes, pero estaba solo, lo único que podía hacer era seguir su instinto, así que se dirigió hacia donde apuntaba la rosa de los vientos y ahí arrojó sus monedas, esta ocasión no apareció ningún dibujo sino instrucciones: “Del sur y hacia el sur deberá partir la guardiana, siempre con el sol o la luna en la espalda, ni un sólo paso deberá dar si en el cielo reina la oscuridad, hacia el sur y en el sur encontrará buenos amigos y aliados. El guardián vigilante deberá dejar señales, deberá construir en lugares donde reina la soledad y el vacío”.
Luego de leer estas palabras la página se volteó y apareció la imagen de Ivy con el cuervo al otro lado del bosque, de inmediato notó que la niña llevaba las botas que él había dibujado, Darian sonrió, se llevó la mano al bolsillo y sacando su lápiz comenzó a trazar un par de líneas que formaban un lindo abrigo con muchas bolsas para guardar todo tipo de cosas, y una capucha por si hacía mucho viento o llovía, también le dibujó una linterna, una que brillara como ninguna, y junto al cuervo pintó un árbol lleno de manzanas, en el tronco Darian hizo un grabado, era una carita sonriente y debajo escribió: “ Ivy, no estas sola”.

    En el mundo de papel el cuervo Haibane e Ivy de inmediato notaron el árbol y la niña sonriendo se abrochó su reluciente abrigo, se acercó al tronco y acarició el dibujo, la noche estaba muy oscura y el cuervo le había dicho a la pequeña que sería mejor esperar a que amaneciera, el cuervo redujo un poco su tamaño y se posó en la copa del árbol, y entre sus alas arropó a Ivy que pudo dormir tranquila porque sabía que Haibane y su hermano protegerían su sueño.

Entretanto Darian comenzó a trazar un camino, cuidando que fuera hacia el sur, pero mientras lo hacía notó que el resto del paisaje comenzaba a expanderse hasta que llegó a la página contigua y su camino se topó con una gran colina; eso le preocupaba, pero decidió ocuparse de ello cuando su hermana estuviera más cerca.

    Tan pronto salió el sol en el mundo de papel Ivy se bajó del árbol, se guardó varias manzanas en los bolsillos y comió una, aunque no tenían color estaban muy jugosas, dulces y fragantes, a lo largo del camino la niña pudo ver flechas hechas con montoncitos de rocas o talladas en los árboles, así sería mucho más sencillo saber a donde ir, además su amigo la seguía brincando de rama en rama.

    Mientras avanzaban, Ivy comenzó a recordar la historia que le había contado el abogado Blicke en la mansión Thorfax, él le dijo que existía un mundo entre nuestro mundo, un lugar que era el hogar de todas las criaturas que cuidan y guían nuestros sueños, un mundo lleno de luz, color, y fantasía, una puerta entre la imaginación y la realidad, y que había sido custodiado desde tiempos milenarios por los descendientes de una espléndida criatura sumamente poderosa; pero aún las criaturas más poderosas comienzan siendo pequeñas, incluso las criaturas cuya fuerza es incomparable y avasalladora necesitan ser cuidados, protegidos y amados; ahí es donde entraba el papel de todas las generaciones de la familia Lyrax, sus miembros habían sido los cuidadores de aquellas criaturas que al crecer se convertían en los guardianes absolutos del mundo que daba paso a nuestro mundo. Sin embargo también existían criaturas que deseaban apoderarse de este lugar para retorcerlo y llenarlo de sombras, porque al hacerlo llenarían de sombras nuestros sueños y nuestro mundo.
Ahora Ivy sabía que se encontraba en el mundo de papel para proteger a alguien, o algo ... pero ¿cómo? Ella era una niña pequeña y ni siquiera sabía atarse las agujetas ¿cómo iba ella a proteger a alguien más?
Aquellas preguntas ocupaban la mente de nuestra amiga, cuando de repente, sus pies tuvieron que detenerse porque el camino se había terminado, ya no había señales, sólo estaba una gran colina hecha de virutas de cartón y cubierta por miles de hojas y rocas; Ivy comenzó a escalar, pero tan pronto posaba sus manos o pies sobre la colina, ésta se desgajaba.
-                    No debemos escalar la colina mi ama –decía Haibane el cuervo–
-                    ¿Entonces debemos sobrevolarla?
-                    No se puede –mientras el cuervo decía eso comenzó a remontarse en el cielo para sobrevolar la colina, pero cuando parecía que ya estaba sobre la cima, aquella colina crecía y seguía creciendo, era como si fuera una muralla viviente– debemos atravesarla.
-                    ¿atravesarla? ¿cómo? ¿cavando?
-                    No mi ama, ven, súbete a mi lomo y abrázate a mi cuello. –Ivy obedeció rápidamente y el cuervo comenzó a cantar así: “ por los rayos del sol en nuestra espalda, por la luz de luna que se refleja en nuestros ojos, por la luz de la aurora que nos baña, por la luz de las estrellas que nos guían, por la luz en el alma de mi guardiana que se descubra la gran entrada”, al pronunciar aquellas palabras, las manos de Ivy se iluminaron con un halo violeta que cubrió a Haibane y rodeó la colina, y entonces las rocas se movieron y encontraron un largo túnel, y al fondo podía vislumbrarse una gran construcción– no tengas miedo Ivy, el túnel es largo pero ...
-                    No estoy sola –interrumpió la niña mientras le daba a Haibane un besito en la cabeza– ... CONTINUARÁ ;)
CAPÍTULO 7 AQUÍ http://sognareprofundere.blogspot.mx/2012/07/cuentos-empolvados-el-sello-de-lyrax_11.html